Se escribe todo muy lento. Tengo que vivirlo primero. Ver, escuchar, hablar, participar... Y luego vienen palabras para escribirlo.
A veces no quiero escribir. Los patrones se cambian de repente con entrada de un nuevo elemento- y los acontecimientos de unas horas de antiguedad parecen caducados e insignificantes. No me resisto - que se escriba lo que ha de escribirse.
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