domingo, 22 de febrero de 2015
La bola de cristal
Tendría que haber escrito cuando las palabras sonaban patéticas, parecían (y parecen) inadecuadas, sobrecargadas de significados y cargas emocionales múltiples, imprecisas, completamente inútiles e innecesarias. Herramienta imposible de expresar fin (y principio) del mundo (el mío, por supuesto).
Ahora... ahora no sólo no hay palabras- se fue toda necesidad de expresar, de contar algo o para alguien, escribir libro que a mi me hubiese gustado (???) leer hace unos años, contar cosas que - quizás - hubiesen hecho este principio del mundo un poco menos chocante.
Ahora... ahora he bajado hasta el fondo del mar inaccesible a las turbulencias del superficie con los ojos entrecerrados observo los paisajes líquidos y burbujas de posibilidades o patrones de energía que se acercan, se dejan ver y seguir el desarrollo de los acontecimientos y luego... ¡pfufff! - lo que parecía un globo cae como una cascada de trozos de espejo plano y desaparece como si nunca hubiese existido. Fin. Se acabó la película. Luego viene otra más. El cinema... (a veces inga también tiene algún papel secundario ahí pero en general observa, solo observa aun cuando parece que está jugando... :-))
Quizás ahora todo el libro se condensa en tres palabras:
Fin de continuidad
Fin de contexto
Locus
Locus
Locus en la Nada
Todo es belleza. Todo es perfección absoluta. Adorable. La gracia divina.
Soy esponja absorbiendo la mana celestial sin cesar........
Hay una palabra solo: soy.
.
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